La denostada Pocahontas (animación I)

Pocahontas


 Por Igor Yglesias-Palomar.


Hay películas que tienen una maldición. O bien porque pertenecen a un género infravalorado, o bien porque han sido hechas en un momento y un lugar poco apropiados. Pocahontas (1995), película realizada por los estudios Disney, es un buen ejemplo, quizás porque adolece de ambos problemas. Incluso tú, querido lector, probablemente estés mirando este post con desconfianza, quizás esperando a ver qué argumentación voy a utilizar para defender mis palabras. Lo sé porque poca gente, o ninguna, he encontrado que valore esa película en su justa medida. Permíteme pues, que intente explicar el porqué de mi afirmación.


Lo primero que tengo que decir es que, al contrario de la mayoría de los adultos de este país, adoro y admiro el cine de animación. Es un hermano pequeño, bastardo, apenas reconocido por los "grandes" cinéfilos. Tengo la fortuna de encontrar entre mis amigos a dos de las personas que más saben -en mi opinión- de cine, y ambos valoran la animación como se merece, aunque mucho me temo que no son -somos-, más que una excepción. La razón de tan injusto trato es muy simple: la animación es para niños, y nadie en su sano juicio valoraría un género en el que se canta tanto como se habla.Y eso nos llevaría a analizar el musical como otro género ampliamente infravalorado; pero este no es lugar para ello. Como un escocés que conozco, y que tampoco es manco a la hora de saber de cine, me dijo una vez: 'para mí una gran parte de una película es la interpretación de los actores, y en la animación, eso  simplemente no existe'. Opinión que me vi obligado a respetar, pero que no comparto en absoluto. Para mí, el elemento más importante en el cine, el teatro, la literatura... es la historia. El guión, lo que cuentas. Cierto es que la forma de contarlo es crucial en las tres artes, pero conozco más casos de grandes historias que se salvan pese a una mediocre forma, que historias pobres que sólo sobrevivan gracias a un envoltorio brillante. También estoy seguro de que esta proporción variará dependiendo del individuo, pero para mí una película impecablemente realizada pero con una idea mediocre puede ser, en el mejor de los casos, un entretenimiento, mas las películas que me hacer vibrar son aquellas cuyo contenido es brillante, aunque su continente pueda no estar tan a la altura como debiera. Y en guión, queridos amigos, una película de animación puede tener tantas bazas como una de imagen real, si no más, por las posibilidades que el medio le ofrece. Y si no, que venga el guapo que me discuta a Miyazaki, que le quiero ver por aquí.

Por supuesto vivimos en una época de frikis, otakus, geeks y otras lindas palabras con las que se autodenominan -me pregunto hasta qué punto son conscientes de que todas ellas son insultos-. Una nueva especie, orgullosa de su condición y rechazo sociales. Y muchos de ellos aman la animación, casi exclusivamente la japonesa, aunque por desgracia, me temo que más por el hecho de poseer la etiqueta del país que porque realmente la valoren. Bueno, estoy siendo injusto: también la aman porque les permite olvidar la realidad de sus existencias. Y si no, echad un vistazo al tipo de animación que les gusta y os daréis cuenta de lo que estamos hablando. Y eso se debe, en parte, a que lo que llega aquí es una porción muy limitada de la verdadera producción allí, y llega la que llega porque es la que se consume. Permitidme que en otro post os cuente un par de cosas sobre lo que es la animación en ese país, porque lo conozco un poco.

Pero para entender la animación en su justa medida, deberíamos trazar una línea entre dos países: Estados Unidos y Japón, aunque curiosamente, sin embargo, están más entrelazadas de lo que parece. No me remontaré a los inicios de la animación, sino que saltaré directamente a 1937, año en el que Walt Disney crea el primer largometraje de animación de la historia: Blancanieves. Fue nominada a un Oscar de la academia en 1938 (mejor banda sonora), aunque no lo consiguió. No obstante, en 1939 recibió un Oscar honorífico por avances considerables en la industria cinematográfica, agradar a millones de espectadores, etc. Y aquí empieza realmente el poder de Walt Disney pictures en el mundo.

Que Blancanieves se llevara un Oscar es de lo más normal. Era una marcada de paquete a un nivel extraordinario. Recordemos que para hacer una peliculilla de éstas, tienes que hacer 24 dibujos por cada segundo. Eso por personaje. Si hay 3 en pantalla, calcula. Si la escena dura un minuto, multiplicas 24 x 60 x 3. Luego otros señores tienen que repasar todos esos dibujitos, limpiarlos, ponerles línea, colorearlos, integrarlos con los fondos, bla bla bla. Y luego montarlos, rodarlos, revelarlos... En 90 minutos de película hay que hacer muuuchos dibujos. Pero es que Blancanieves en mucho más que eso. La animación que tienen sus personajes, las técnicas que se desarrollaron ex-profeso, su banda sonora, su historia... Un pelotazo, vamos. Y el mundo se fascinó por la animación.




Después, Pinocho, otra bomba económica. Y aquí el señor Disney -genio al que está de moda meterse con él-, decide hacer una potente combinación: arte y animación. Se llamó Fantasía (1940). Si Blancanieves es una machada, lo de Fantasía es de miccionarse. El punto de partida: mezclar animación con música clásica, sin límites. Diversas historias, todas ellas de una calidad apabullante, cada una con el telón de fondo de una obra maestra de la música clásica universal -que es lo mismo que decir Europea, y si alguien me lo niega, que elija arma y lugar-. Añadido al espectacular reto técnico que suponía -concepción, desarrollo, sincronización, etc- Disney no repara en gastos y decide apostar por el nuevo sistema de sonido. Fantasía es la primera película en estéreo de la historia. Y no es que sea un "simple" estéreo, es que llevan las características del sistema hasta su límite. Walty rápidamente se da cuenta de que las salas en USA no están a la altura que merece su obra maestra, así que decide pagar de su bolsillo la instalación de decenas de altavoces en cada cine donde la película se proyectara, para que el estéreo se apreciara en su justa medida. En fin, que puso en esa película todo su empeño, ilusión, tiempo y capacidades. Y me da igual que no esté bien visto defenderle. No era poco de lo que estamos hablando.

Sin embargo, falló en una cosa. Se olvidó de lo que era la humanidad. ¿Una película seria, brillante, adulta... en los Estados Unidos pre-bélicos? ¿Música clásica para el público americano, que iba con sus niños a ver otro Pinocho? Decir que la película se comió un truño en taquilla es decir poco. Los estudios entraron en quiebra. 

Pero no es justo que todos mis ataques vayan al cazador-recolector de máiz de mediados del siglo pasado en Iowa. Lo que sucedió a esa película, claramente demasiado audaz para su tiempo, sigue ocurriendo hoy en día. Mucha gente ha visto Fantasía por el mero hecho de que es de Disney. Habría que ver, no ya cuántos han valorado lo que es ese largometraje, sino, mucho menos ambiciosamente, a cuántos les ha gustado simplemente. Y ésta, queridos lectores, es la razón de por qué el cine de animación se convirtió en un género para niños. Arruinada la compañía, apenas consiguieron capital para reponerse creando lo que el público les demandaba: Dumbo (1941) y Bambi (1942). Y lo siento, pero comparar Fantasía con Dumbo es insultante. Peeeero, la gente quería ñoñadas familiares, y la compañía se cuidó muy mucho de volver a caer en el error de salirse ni un milímetro de la fórmula que les daba el éxito garantizado. Pasarían décadas antes de que se volviera a intentar hacer algo medianamente serio. -Mención especial ha de hacerse al hecho de que 60 años más tarde, los mejores dibujantes de la compañía decidieron homenajearle realizando una segunda parte, titulada Fantasía 2000. La película es una muestra de que la gente que trabaja en animación, incluso en Disney, lo hacen más por amor a su oficio que por dinero, ya que la película se concibió con tan pocas expectativas que es la única de la que yo tengo conciencia que salió simultáneamente en vídeo y en salas (su proyección duró un par de semanas nada más) y careció de lo mejor que tiene Disney-Buenavista: su sistema de promoción y distribución. Poca gente se enteró y menos aún la han visto. Fue un producto hecho exclusivamente por amor a la obra "inacabada" de su creador. Críticamente, la película no intenta innovar en lo más mínimo, probablemente para no pisar o competir con su predecesora. Posee exactamente el mismo esquema que la anterior en cuanto al tipo de historias y su orden, e incluso repite la más brillante de todas: el aprendiz de brujo, con partitura homónima de Paul Dukas. Las otras historias (utilizando en música una vez más a los compositores Beethoven y mi tocayo Stravinsky y añadiendo a Ottorino Respighi, Gershwin, Shostakovich, Saint-Säens y Elgar) son igualmente extraordinarias, alguna de ellas de delirio. Es decir, otra gran película, a la que la única cosa que se le puede echar en cara es ser demasiado respetuosa con su predecesora y, como ésta, otro fracaso en taquilla-.






y de Fantasia 2000, os dejo un pequeño trailer:





Tras Dumbo y Bambi, todos conocemos en lo que se convirtió Disney pictures, con grandísimas películas -la cenicienta, los aristogatos, robin hood- y otras, a mi gusto insufribles -mari poppins, winnie "da poo", etc-, aunque en mi opinión su mejor obra tras Fantasía es, precisamente, la última  en la que interviene Walt Disney en persona -creo que no la llegó a ver estrenada-: El libro de la selva (1967). Ésta sería otra película que merecería un post en sí misma, tales son las virtudes que posee. No sería mal argumento plantarle esta obrita maestra a cualquiera de los que minusvaloran el género de la animación. Pero eso es otra guerra.


Lo cierto es que tras los Aristogatos (1970) -soy de la firme convicción de que para que el título tenga sentido ha de pronunciarse como esdrújula, Aristógatos, igual que Astérix y Obélix deberían pronunciarse como agudas-, y Robin Hood (1973),  los estudios comenzaron a ir de mal en peor. La famosa fórmula Disney comenzaba a agotar al público, no sólo porgue llevaba 30 años funcionando, sino porque a la abundancia de títulos había que añadir las constantes reposiciones -yo tuve el placer de ver Fantasía en sala, en el cine Amaya en 1985, llevado por mi padre, que algo bueno hizo el hombre-. En las dos décadas siguientes, 70's y 80's, la producción decae a niveles de bazofias, con las honrosas excepciones de Taron y el Caldero Mágico (1985) -creía que ésta es en la que había trabajado Tim Burton como animador, pero es en Tod y Toby (1981)- y Basil el Ratón Superdetective (1986) -especial mención a la fabulosa banda sonora de Henry Mancini-, dos películas notables, pero desconocidas por la mayoría del gran público. Y mientras, la cantidad de bazofias es descomunal. Salvaré de la criba a los Rescatadores, pero sin demasiado afán.

Fuera de los largometrajes, y refiriéndome exclusivamente a la animación, Disney llevaba décadas teniendo serios competidores en el mercado de los cortometrajes. Más allá de los entrañables, pero nada virtuosos, Hanna y Barbera, la altísima calidad de los cortos de Disney -sí, sí, los de Goofie, Donald, Mickey, Pluto...-, encontraba su sombra en la Warner Bros, en especial en manos del genial Tex Avery. Había una legión de dibujantes salidos de los estudios de Disney, más o menos cabreados con ellos, pero de quienes habían aprendido todo -porque la verdad, señores, es que en animación, TODO lo inventó la Disney; pero también marcó unos ciertos estándares de rigidez, que es precisamente donde esta nueva troupe de genios quisieron atacar-. Así que, capitaneados por Avery, decidieron llevar los límites de la animación a sus extremos, y a través de sus Looney Tunes, y, con la idea de que en animación se podía hacer cualquier cosa, lograron, a base de romper todos los moldes, destronar a Disney en el mercado de los cortos animados. Así que repentinamente, WB se convirtió en una poderosa productora y competencia directa del rey de la animación de California. Y WB empezaba a ser peligrosa también en los largometrajes, especialmente a través de su posterior adquisición de DreamWorks, de S.Spielberg.

El genio al poder. Avery o Disney?:








Algunos ex-animadores de la Disney consiguieron un éxito notable. Cabe hacer especial referencia a Don Bluth, conocido por todos por sus fascinantes videojuegos Dragon's Lair y Space Ace, y por películas como Fievel en el Oeste, El Gigante de Hierro, Anastasia y Titan A.E., que pusieron a la 20th Century Fox como otra productora en competencia directa con Disney. Y por último a otra mala bestia, Ralph Bakshi, autor de la película de animación de El Señor de los Anillos (1978), la alucinante Tygra, Hielo y Fuego (1983) -en colaboración con Frank Frazetta- y Cool World (1993). Otros más que se sumaban al hecho de plantar competencia.

Así que en este plantel de estudios emergentes frente a una Disney descendiente, obligaron a la vieja compañía a intentar remozar su viejo estándar, adaptándolo a un público ligeramente más adulto e inteligente, sin olvidar, claro está a los niños pequeños que arrastraban a sus padres a las salas. Y he aquí que en 1989 pegan un nuevo pelotazo con La sirenita. Aquí entran en simbiosis con el genial Alan Menken, musicazo prácticamente desconocido por todos, que es la segunda persona que más Oscars ha recibido, y el compositor vivo con más estatuillas -Ocho. Alfred Newman recibió 9 pero murió en 1970-, nominado en 16 ocasiones más -merecía también al menos uno por su banda sonora de El Jorobado de Notre Dame-, responsable de que se tuviera que crear una categoría especial -la de mejor banda sonora de película de animación- porque como todos los años se iba a llevar él el Oscar, tenían que dar la oportunidad a otros compositores, curiosamente mucho más conocidos que él. Disney, junto a Menken, entra en una segunda juventud, cosechando éxitos progresivamente más y más descomunales por su siguiente tanda de películas. A La Sirenita le siguen El Príncipe y el Mendigo (1990), La Bella y la Bestia (1991) -primera película de animación de la historia que entró a competir en la categoría de mejor película de los Oscar-, la sensacional Aladdin (1992), Pesadilla antes de Navidad (1993) -que al fin y al cabo es animación-  y llega a sus límites de nueva popularidad y triunfo (y la caga) con El Rey León (1994). Única de las de dibujos que no se realiza en colaboración con Menken sino con el dueto Elton John y Hans Zimmer -que aún componía bien-. 

La verdad es que, personalmente, me parece una mierda de película. O al menos, la peor con diferencia de esta nueva tanda. Una especie de Bambi lacrimógeno, con un guión previsible y una banda sonora muy irregular. Además, a la mierda del Simba éste, le vence todo cristo, vaya león más cobardica. Pero era una vez más una muestra de que se podía llevar la puñetera fórmula a sus cotas más exageradas y lograr un éxito sin precedentes.

Y he aquí, amigos, que llegamos al clímax de éste, ya larguísimo, post. Disney en este punto intenta hacer en sus cuatro siguientes películas, un viraje, un alejamiento de su machacona receta, y una aproximación a un cine de animación para adultos. Y lo hace con Pocahontas (1995), El jorobado de Notre Dame (1996), Hércules (1997) y Mulán (1998). Y estos cuatro largometrajes son su mayor intento de traicionar su propia gallina de los huevos de oro. ¿En qué son distintas? Bien, a decir verdad, en apariencia pueden parecer iguales a otras películas de Disney, pero poseen sutiles diferencias. En especial las dos primeras. Lo más importante a aclarar, llegados a este punto, es que hay una gran irregularidad. Las cuatro películas no poseen la misma calidad, ni remotamente. Lo segundo es que es un intento sin huevos. El mismo Yoda les hubiera echado una buena bronca, porque lo intentan... pero no. No es que se planten y decidan apostar por los mayores en lugar de por los niños. No. Intentan mantener la fórmula, pero llevándola hacia un público más adulto, claramente en pos de mantener lo que tenían y añadir entradas vendidas. Pero claro, en lo que no caen es que ambas cosas son más contradictorias de lo que parecen, y hay que ser el primer Pixar para lograr eso. ¿Hay público suficiente para mantener un largo sólo para adultos? Yo creo que sí, al menos con el poder de distribución que tenían estos mamones. En Japón funciona, pero claro, allí el percal es distinto. Y los otros intentos que se han realizado -por ejemplo Titán A.E- han tenido éxitos mediocres en el mejor de los casos. El problema es quedarse en el término medio, porque entonces logras algo que los niños no entienden o que les aburre, y que a los adultos no les convence porque tiene canciones cantadas por animalitos. Y eso... es un problema.

A ver, el tema de Pocahontas con John Smith, será muy popular en USA, porque lo que es el resto del mundo... en fin, ya de por sí tira poco. Pero lo cierto es que la historia es buena y suficientemente universal - y si alguien no me cree, me remito al hecho de que la volvieron a usar exactamente igual para hacer Avatar-, pero sobre todo, tiene una característica única en todo el universo Disney: es el único guión que tienen que carece absolutamente de un final feliz. Parece poco, pero creedme, es una apuesta arriesgada. Mientras la desarrollan, comienzan otra película basada en una historia que también es muy alegre: Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo. Una tragedia gótico-romántica (no de amor, sino de época), en la que muere hasta una sobrina del autor. Vamos, terror, drama y muerte en el s.XV no es lo mejor para hacer una película para niños. Y las dos siguientes son una película basada en la mitología griega, mezclada con Gospel y los problemas de integración de una mujer china en el ejército, intentando suplir a su padre. ¿Vamos viendo ya las diferencias entre estas películas y lo habitual en Disney...? Como el post va, en teoría sobre la primera, y las dos últimas son considerablemente inferiores a las dos primeras, vamos en orden inverso.

Mulán, en general, es buena película. Rompe también la alianza con Menken, que ya no se volverá a unir con Disney, pero ofrece una gran banda sonora -especialmente su score- a manos del veterano e infalible Jerry Goldsmith. La historia es previsible, pero sólida, no abusan de animalitos -a excepción del dragón familiar, que no está mal-, técnicamente es impecable y tiene escenas de escándalo, como la carga de los hunos en la nieve. ¿Por qué falló en taquilla? Me atrevería a decir que porque es una película sin gancho. Los personajes convencen, pero no apasionan y la historia es un pelín poco sugerente. Buena, pero lejos de la magistralidad que se puede encontrar en otras películas. Su siguiente Tarzán (1999), es un desesperado intento de retomar la fórmula del Rey León, con canciones en lugar del pesado de Elton John, esta vez con el pesado de Phil Collins, pero ya Disney nunca más remontará cabeza, aunque aún nos dejará un par de películas bastante decentes -Lilo y Stitch (2002), El planeta del tesoro (2002), la brillante y tardía Tiara y el Sapo (2009) y por supuesto Fantasía 2000.

Hércules o la gran película que pudo ser, y la irregularmente mediocre que quedó. Un intento de retomar la fórmula de Aladdin, sin llegar a ser ni remotamente tan graciosa, técnicamente peor que las otras y a la que lo único que realmente salva es su potentísima banda sonora de Gospel de Menken y un James Woods desatado como Hades. 

 El Jorobado de Notre Dame. Aquí me voy a detener algo más (estoy seguro de que hace rato que ya nadie me lee), porque he de reconocer que esta película me fascina, hasta el punto de que la consideré mucho tiempo la mejor de Disney junto a Fantasía y El libro de la Selva. Comienzo, empero, atacándola. No tuvieron las gónadas de hacerla para adultos y les salió un híbrido, como diría Calderón, aborto de ovas y lamas. No se le puede hacer eso a la obra de Hugo, hombre... Final feliz, mensaje curiosamente confuso -según La Bella y la Bestia, la belleza estaba en el interior. En El Jorobado, da igual lo guay que seas y lo que te lo curres, la chica se pira con el guapo y a ti te sienta genial-, gargolitas repelentes sustituyendo a los animalillos típicos, y personajes reconvertidos al s. XXI. En la novela el jorobado es un psicópata perturbado, Esmeralda una boba amilanada, y Phebo... bueno, Phebo es igual, es un guaperas oportunista. Los otros han sido convertidos en un deforme adorable y una feminista audaz. Frollo pasa de ser cura a ministro de justicia, lo que imagino que repercutiría en su cuenta. Vale. Venga. Habiéndola puesto ya a parir... ahora viene lo especial. Tiene partes -desgraciadamente sólo partes- en que la película es realmente oscura, lo más alejado de Disney que he visto nunca. En la espectacular secuencia de apertura, Frollo, tras perseguir a caballo a la madre por las calles de París, le da caza finalmente -y mata, descoyuntándola en las escaleras de la Catedral-, para, luego de sufrir un buen lingotazo de hermoso terror gótico al Creador, adoptar a su hijo deforme condenándole a vivir escondido en las alturas de la Iglesia. Todo esto con, a mi juicio, una de las mejores bandas sonoras de Menken -basada en coros cantando en latín-, sumada a una paleta de colores oscurísima y un nivel técnico de orinarse, hacen de ella una de las mejores secuencias dibujadas por Disney. Pero ahí no acaba la cosa. Dentro de las múltiples diferencias con otros largos, una de las cosas que especialmente me llaman la atención es la relación que existe entre Frollo y Esmeralda. Mientras que el jorobado claramente la ama de un modo puro, Frollo desea a la gitana, algo dicho explícitamente en varias partes. Incluso en la insuperable escena de la hoguera, el cura, cantando una canción en la que habla de lindezas como el ardiente deseo, el fuego infernal, y el hecho de que o se convierte en suya o la quemará viva -textual-, observa cómo se van formando en la sala, filas de inquisidores fantasmagóricos, representados como monjes encapuchados, de rojo, que le van señalando, acusándole, mientras él pide perdón a la Vírgen, pero que o se tira a la muchacha, o quema París. Me reconoceréis que muy Disney no parece todo esto. Si no me creéis, dadle, dadle a la secuencia y me contáis.



 Con sus letricas -en inglés, of course, aquí no queremos gente sin idiomas...:D -:


¿Qué, no os pone los pelillos de punta ni siquiera un poquitín? Pues eso. Ahora la escenilla de entrada antes mencionada:




Muchas más cosas que comentar, pero hemos venido aquí a hablar de Pocahontas, y va siendo hora de que lo hagamos un poco.

Primero, técnicamente es algo inferior al jorobado, pero también es cierto que toman un riesgo artístico mucho mayor. La misma razón por la que los mayores consideran que las películas modernas de Disney están mal dibujadas -al contrario de las antiguas-, es por la que todos los que dicen eso se equivocan. Disney cambia, a partir de un determinado momento, de estilo de dibujo, pasando de los habituales personajes muy redondeaditos, a unos diseños mucho más angulosos. Cualquier animador os dirá que es considerablemente más difícil animar objetos rectilíneos que curvos -siendo en dibujo lo contrario al 3D- . Su cambio de estilo es, podría decirse, una marcada de paquete técnica, metiéndose en algo mucho más complicado, demostrando su talento artístico. Esto ya se veía en Aladdin y El Rey León, pero llega a unas cotas exageradas con Pocahontas -y luego con Hercules, Mulan, Atlantis, Lilo, El emperador y sus locuras...-. Técnicamente, el angulosísimo estilo de Pocahontas, se suma a una paleta de colores radicalmente distinta de lo habitual, basada en azules y colores fríos, unos fondos casi abstractos, tipo decorados escenográficos y una animación muy peculiar. Brillante en muchas secuencias. El personaje principal, el de Pocahontas, es, por planos, insuperable, además de una exquisita simplificación de rasgos indioamericanos, haciendo, para mí un dibujo animado de una mujer que me enamora -lo confieso, me enamoré de ella desde la primera vez que la vi en película-. 
 
Aquí os muestro lo que os estaba diciendo, con una escena de la que parte no sale en la película original, y que se hizo para el 10º aniversario en el año 2005 -Dios, ¡qué viejo soy!-



Pocahontas es diferente en dibujo. Es diferente cromáticamente, en estilo. Es diferente porque cuenta una historia de amor que no tiene un final feliz. Pero es que, incluso la historia de amor que cuenta, no es Disney. No es Bella con Bestia, no es Aladdin con Jasmine, ni Blancanieves con el príncipe. Es una historia de amor adulto, real, trágico y si me permitís la pedantería, Shakespeariano. Olvidaos de las cancioncitas, vedla otra vez y veréis si lo que digo es cierto. Pero lo que más me cabrea es que, siendo todo eso, siendo redonda en muchos sentidos, teniendo una banda sonora de caerse de espaldas, premiada con dos Oscar, siendo la más adulta de las películas de Disney, la que tiene un mensaje menos infantil... sin embargo es una de las películas peor consideradas. No sé si porque no "acaba bien", no sé si porque es menos Disney que lo normal, no sé si porque fue hecha en un momento o un lugar poco apropiados, o porque pertenece a un género infravalorado. Pero vedla con nuevos ojos, creo que os gustará.

El próximo, sobre la animación japonesa, y en especial, Miyazaki.

Saludos, 

Igor.


 

14 comentarios:

  1. Echo de menos una referencia a esa obra maestra que es "El gigante de hierro", basada en el cuento homónimo del injustamente denostado Ted Hughes (sin duda la víctima artística del suicidio de Sylvia Plath) y con banda sonora de Michael Kamen. Incluso, habría que hablar de la idea de animación del gran Brad Bird, pero entramos en terreno Pixar y me temo que eso ya es otra entrada. Sobre todo lo demás, especialmente Disney...luego pongo otro comentario, que ahora no me da tiempo!!!

    Saludos y enhorabuena por el post!!!!

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo con el Gigante de Hierro. Es una obra maestra, pero no se pueden mencionar todas...!! :D

    ResponderEliminar
  3. No, sólo lo había puesto por la condición de Bird de animador forjado en Disney y su posterior evolución.

    ResponderEliminar
  4. A estas alturas, a Disney sólo se pueden reconocer méritos, tanto técnicos como artísticos. Luego, las opiniones son libres, pero no se puede atacar a Disney por el mero hecho de serlo. Una vez dicho esto, creo que el principal problema que tuvo es el inmovilismo, como sucede en muchos modelos de éxito (salvo la increible Fantasía, bien apuntada), aunque el paso del tiempo obligó a evolucionar algo, tal vez menos de lo deseable. Personalmente, Pocahontas sí me pareció de las películas más avanzadas de Disney, sobre todo tecnicamente. Geniales los movimientos felinos de Pocahontas y rupturistas los fondos y texturas. Sin embargo, en el terreno artístico no me parece de lo mejor de Disney. Creo que tiene algún problema de ritmo y la historia tampoco me parece espectacular (sobre rigor histórico ni hablamos)ni original. Sin embargo, la historia de amor es...bonita, y creo que ese es uno de los problemas de la película. Que uno sale con la sensación de haber visto una película bonita, no una buena película. Seguro que ese es el objetivo de Disney. Pues objetivo cumplido. ¿Y es suficiente para nosotros? Pues cada uno debe responder según su criterio. Para mi, no.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo en que no es la historia más original del mundo y que no goza de mucho... ejem, rigor histórico (imagínate que ponen la historia real en la que luego ella viaja a Londres, le encuentra casado y muere siendo una mendiga alcohólica en las calles de la capital de la pérfida Albión...)La historia de amor es bonita? A ver, querido, que no deja de ser Disney. No van a poner la relación entre una prostituta yonki y un transexual adorador de Satán... Pero que es una película mejor del cómo se la trata?... también. Además, tú eres colaborador en este blog, por qué estamos discutiendo? Deja de escribir respuestitas, y a cambio, postea algo...! ;)

      Eliminar
  5. Reconozco que soy de los paletillos que no vió (ni ha visto aún) Pocahontas porque la historia me la sabía y los dibujos me parecían “feos” (agacho la nuca para recibir mi merecida colleja). Supongo que en esa época ya empezábamos a acostumbrarnos a las texturitas 3D y ese tipo de animación más clásica tiraba para atrás a los poco duchos en los temas de animación como yo, pero reconozco que vistos ahora tras la saturación de infografía de esta última década me atrae bastante más la animación de Pocahontas que tragarme otro Shreck 5 (o 6, o 7, no sé por donde van).
    De todas formas yo creo que la animación sí es cada vez más apreciada por el público adulto y la crítica, solo hay que ver cómo hasta hace poco entre las listas de la crítica a mejores films del año siempre figuraba el estreno anual de la todopoderosa Pixar (hasta hace un par de años al menos, ahora parece estar un poco de bajón).
    Tengo que recuperar la OST de Notre-Dame, es fantástico el tema del enlace, me ha recordado mucho a “The Plagues” otro tema soberbio (y posterior) de la OST de “El Príncipe de Egipto”, una de las pocas veces que a Hans Zimmer le dió por currar en vez de reciclar por quincuagésima vez la banda sonora de “La Roca”.
    De todas formas la mejor película de animación jamás hecha será siempre “Spirited Away” (me gusta más que el título español, y eso que ni siquiera sé traducirlo ;-p), de la que seguro hablarás largo y tendido en tu siguiente post. Y de Pixar me quedo con “Ratatouille”, aunque solo sea porque mezcla la animación con otra de mis pasiones, la gastronomía (así luzco esta panza). Me encanta el blog, escribe mucho muchísimo porfaplis.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Daniel, querido, lo primero agradecerte tu presencia, y con gran regocijo, porque hacía tiempo que no sabía nada de ti.
      Efectivamente cada vez hay más adultos que disfrutan de la animación, pues las generaciones que hemos leído con avidez cómics desde niños, ya somos talluditos y nos contamos entre sus fans. Sin embargo seguimos siendo una enorme minoría, y en especial existe muy poca o ninguna presencia a nivel "oficial". Me refiero a que no existe entre los críticos de cine, programas o revistas quien reivindique su posición. Es decir, está mal vista entre los entendidillos. Pixar está rompiendo esto, y de ello trato en el siguiente post, aunque tampoco se puede decir que hagan una animación para adultos propiamente dicha.
      La banda sonora del Jorobado es considerablemente superior a la del Príncipe de Egipt. Te lo digo que conozco ambas en profundidad. Curiosamente, para mí una -si no la que más- de las mejores BSO de Zimmer es una desconocidísima "Los teleñecos en la isla del tesoro". Sé que es difícil respetarme tras esta declaración, pero, si quieres oír temas de piratas insuperables, hazte con ella.
      Respecto a "Spirited Away", búscala en el siguiente post, que subiré luego, porque es donde trato todo esto. Respecto a la dificultad del título es normal, no hay manera de traducirlo. En japonés se llama "Sen to Chihiro no kamikakushi", que en una traducción muy libre, significaría "Sen y Chihiro raptadas por los espíritus". Vamos, "Spirited Away" ;)
      Gracias por tus ánimos. ;)

      Eliminar
    2. Gracias Igor, yo también me alegro mucho de contactar contigo otra vez, a ver si a través de este blog tenemos oportunidad de intercambiar opiniones de vez en cuando. Por supuesto que conozco, tengo y me encanta el Zimmer de los Teleñecos (no suelo perder ocasión de presumir de mi colección de bandas sonoras :-), de hecho a menudo me sorprendo a mí mismo tatareando el “Bum! ShakalakalakaBum!”. A ver si algún día te animas con algún post de bandas sonoras, e incluso (puestos a pedir) te podrías lanzar con algo sobre la ficción televisiva, de la que sé que también eres aficionado. Siempre estamos con el cine, pero hoy día yo veo más calidad en HBO, AMC o incluso Showtime que en las carteleras. Sé que son diferentes formatos y que quizás no deberían compararse, pero pocas películas veo con la calidad de un solo episodio de “Mad Men” (en especial los de la 4ª temporada, mejor que la última y las anteriores), y aunque parezca exagerado “Breaking Bad“ me gusta más que muchas de Scorsese (ya estoy haciendo muescas en la pared marcando los 16 días que quedan para su penúltima temporada :-p). Bueno, no te mando más deberes que total cualquier tema será bienvenido, en todo caso por aquí nos veremos...

      Eliminar
    3. No te preocupes, que de bandas sonoras, de películas y de series nos vamos a hinchar a hablar por aquí... Además, Fuentex, que es otro de los que hacemos el blog (es un modo de hablar, porque vaya compañeros más vagos que tengo) es otro friki-peliculero-bandasonoroso, así que le daremos fuerte al tema. Espero contar con tus aportes, que siempre son bien recibidos y agradecidos! ;)

      Eliminar
  6. Genial por el post, justo ayer estaba leyendo sobre Disney y todas sus películas. :D Una anécdota cuenta que cuando iba a abrir el parque de Disneyland, reunió a todos los mozos de ascensores y otros empleados de lo que pueden parecer trabajos menores para pedirles opinión acerca de las instalaciones,un 'cast member' de la atracción de "Piratas del Caribe" que había nacido en Luisiana, le dijo "Falta algo, pero no consigo descubrir qué es..."
    "Pues vuelve a subir a la atracción y no pares hasta que lo descubras". Lo que faltaba era algo bastante típico del ambiente tropical al caer la noche. ¡Luciernagas!
    El mérito para el tío que se dio cuenta, pero también para Disney por permitir que todos se sientan partícipes y por su visión comercial.

    Y otra cosa curiosa es que por lo visto usaba storyboards para transmitir ideas y resolver problemas con su equipo. :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hombre, que Disney era un genio, sólo lo niega la gente que desconoce por completo su obra y biografía. Por cierto, sois los dos unos comentaristas estupendos. Habéis pensado escribir un blog? ;)

      Eliminar